domingo, 28 de septiembre de 2008

La heroicidad de Erin Gruwell


Las películas sobre profesores enfrentándose a aulas repletas de alumnos rebeldes han sido un tópico que no pasan de moda. Quizás la mítica “Rebelión en las aulas” dirigida por James Clavell y protagonizada por Sidney Portier haya sido un molde en la realización de este tipo de películas. También es cierto que la misma realidad a la que se enfrentan millares de profesores hoy en día, en vista de la situación por la que atraviesa el actual panorama educativo español, daría para hacer centenares de películas. Lo que la distingue a “Diarios de la calle” es que es una historia real, basada en la propia experiencia de la profesora Erin Gruwell a mediados de los años 90.

Para Erin Gruwell, empezar su primer trabajo como profesora era como entrar a una zona de guerra. Ella era blanca y veinteañera en una de las peores escuelas de secundaria de Long Beach. En su primer día de trabajo le asignaron el aula 203, una clase con estudiantes de los cuales no se esperaba ningún éxito, destinada al fracaso, y con la supuesta intención de retenerlos hasta que la desidia y el abandono fueran haciendo mella. Una clase dura, racialmente dividida e infestada de pandillas, donde las peleas y asesinatos formaban parte de las vivencias de los propios estudiantes. Algunos de ellos no tenían hogar, y muchos provenían de familias desestructuradas con violencia intrafamiliar.

La administración esperaba pocos resultados por parte de la novata profesora. Es más, preveían que pronto acabaría renunciando a su tarea docente. De forma contraria, Growell se lo tomó como un reto profesional impresionante, y buscó el modo de penetrar en las vidas de aquellos jóvenes que tenía en sus manos y transformarlas. Sabía que la programación de la asignatura que impartía, Lengua y Literatura, no la iba a ayudar a conseguirlo, por lo que transformó sus clases en enseñar sobre la paz y la tolerancia, y hacer que todos aquellos chicos y chicas que tenía ante sí fueran descubriendo lo más importante de sus vidas: que eran personas con una proyección de futuro que no debían desperdiciar.

Bajo la inspiración de las lecturas que la profesora les ofrecía, los estudiantes de Gruwell empezaron a escribir sus propios diarios donde narraban sus experiencias personales. Para muchos de ellos esa clase era el único lugar donde cualquiera quería escuchar sus historias y podía compartirlas. Poco a poco esa clase se fue convirtiendo como una familia, donde acordaron darse una nueva oportunidad para poder empezar una vida de nuevo. Ellos se llamaron a sí mismos “Los escritores de la Libertad”, inspirados por las historias del original “Freedom Riders” quienes lucharon por la segregación y el prejuicio.

La joven profesora supo transmitir a sus alumnos que si ellos trabajaban juntos, podían conseguir cosas importantes. Al cabo del tiempo las historias narradas por este grupo de Escritores de la Libertad empezaron a viajar alrededor del país, recibieron premios y concertaron entrevistas en los medios de comunicación. Parecía algo increíble llegar hasta donde consiguieron hacerlo.

Reconozco que ver “Diarios de la calle” me impactó, provocándome una verdadera admiración hacia la protagonista de esta historia. Sin duda alguna, es todo un ejemplo de cómo hasta aquellos que parecen más perdidos son capaces de ser reconducidos a buen puerto cuando hay alguien que apuesta por ellos. Es verdad que cada uno somos hijos de nuestros padres, y producto de nuestra propia historia. Pero sobre todo, somos personas, y por ello nos merecemos la oportunidad de vivir como tales. También es cierto que, por desgracia, hay muchos que no llegan a buen puerto, porque les ha faltado alguien que haya puesto la suficiente confianza para ayudarles a navegar en sus propias vidas. Invertir en las personas… ¿qué mejor negocio?

domingo, 14 de septiembre de 2008

La dura cuesta de septiembre


Se acabaron las vacaciones escolares. Hablando hace unos días con una madre, me comentaba con gracia que ella a partir del día 15 era cuando empezaba realmente las vacaciones. Es cierto que casi tres meses fuera del aula, dan mucho de sí para los colegiales. De hecho, éste era uno de los debates que a finales del curso pasado volvió de nuevo a pronunciarse: si las vacaciones deberían recortarse y distribuirse más equitativamente a lo largo de todo el año.

Ahora que comienza un nuevo curso escolar, no debemos olvidar que para muchos padres empieza la cuesta de septiembre, por el fuerte desembolso que les supone pagar los estudios de sus hijos. Según los cálculos de la Unión de Consumidores de España, el retorno a las aulas cuesta entre 250 y 1650 euros para unos padres. A este importante gasto, hay que añadir la importante crisis económica que estamos atravesando y sus consecuencias. Quizás habrá algunos que hayan ahorrado algo a principio de verano previendo este desembolso, pero no así la mayoría.

Según el estudio, respecto a la Educación Primaria en los colegios públicos la cifra oscila entre los 223 euros, mientras que en los colegios concertados asciende a 904 euros. En los colegios donde la enseñanza es totalmente privada la cifra asciende a los 1640 euros. Las variables del estudio incluyen desde los libros de texto, los cuadernos de trabajo, comedor, uniforme, transporte escolar, matrícula, gastos de material…

Por otra parte cabe recordar que en las autonomías tanto el coste de escolarización como las ayudas que ofrecen varían mucho de una a otra. Por ejemplo, Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana son las más caras, mientras que las más baratas son Galicia, Castilla-La Mancha y Aragón.

El último estudio publicado por la Asociación Nacional de Libros y Material de Enseñanza (Anele) señala que el conjunto de libros y material escolar constituyen una parte muy importante en la inversión que unos padres hacen en materia educativa. Por ello la subida de los precios de este año ha supuesto un buen aldabonazo a la hora de invertir en la escolarización. Nos encontramos que este curso el precio ha subido un 3,8% respecto al año pasado, y que el gasto medio por alumno en España es de 111,21 euros.

En definitiva, la inversión no es poca y las arcas de las familias sin duda alguna se van a ver resentidas. Por el gasto que se genera, y teniendo en cuenta que ahora estamos a inicio de curso, quizás el gasto económico pueda resultar un argumento más para que los hijos se tomen en serio su buen rendimiento escolar. Si se empieza con buen pie desde el principio, será más fácil obtener los buenos resultados para el próximo junio de 2009.

Los próximos nueve meses que empiezan pueden plantearse como una carrera de fondo. Una carrera nada barata, por lo dicho anteriormente. Por lo que vale la pena esforzarse, poner los medios para llegar a la meta, y sacar los máximos beneficios tras los esfuerzos invertidos. El pistoletazo de salida ya ha sonado.


domingo, 7 de septiembre de 2008

No matemos la dignidad


Somos muchos los que al volver de las vacaciones, y ante la pregunta qué tal han ido las cosas, solemos responder con un tono de nostalgia “muy bien… pero cortas”. De todas formas, al menos en mi caso, este verano no lo recordaré por los distintos planes de descanso que haya podido realizar. De modo especial, por este mes de agosto del 2008, las vacaciones serán recordadas por las olimpiadas, por la tragedia de Barajas y por la crisis que estamos atravesando.

Por lo que respecta a nuestro país, el terrible accidente y la fuerte crisis que nos acecha, son dos temas que nos unen a todos y nos tocan muy de cerca. Y a la espera de posibles soluciones por parte del gobierno, el reciente anuncio de la ministra sobre la ampliación del aborto ha desconcertado a muchos. Empezar el mes de septiembre con un anuncio de este tipo parece más una estrategia para desviar la atención de los problemas que realmente nos preocupan, que no un intento de conseguir la armonía y prestar verdaderas soluciones ante los problemas de los ciudadanos de este país. Tan inevitable como esperado, el debate ya está servido.

De este modo se ha abierto la brecha a una nueva batalla que librar. Podríamos considerarla una batalla a favor de la vida, de los niños, de la justicia… pero el problema que se plantea quizás sea más profundo. Se podría considerar que el problema nace por no apreciar realmente la dignidad que se merece el ser humano. Pero esta dignidad… ¿en qué se fundamenta?

La civilización romana tenía un aforismo que hoy en día posee aún plena validez: Homo sum, et nihil humanun alienum a me puto. Es decir: Soy hombre, por tanto nada humano me es ajeno. La dignidad del ser humano es el valor principal, a partir del cual se van configurando todos los demás valores relativos a la persona. Esta dignidad nos viene dada, ya sólo por el hecho de pertenecer a la especie humana, y es la que nos hace sujetos de derechos y deberes, y por encima de todo, de respeto.

Si se considera que un objeto tiene mayor valor en la medida en que sirve mejor para la supervivencia y mejora del ser humano, ayudándole a conseguir la armonía y la independencia que necesita y a las que aspira, entonces debemos considerar que el valor propio que posee la persona es supremo. Precisamente el valor que poseemos los seres humanos difiere totalmente del que poseen los animales o los objetos. Las cosas tienen un valor de intercambio, son reemplazables; sin embargo los seres humanos somos únicos e irreemplazables. Por ello, todo ser humano, es merecedor de respeto, por la dignidad misma que se merece. De esta forma también cabe afirmar que los hombres no deben ser utilizados y tratados como objetos, las cosas pueden usarse y manipularse, pero los hombres no. El respeto a la persona es la consecuencia de la dignidad que posee como tal. El filósofo Kant afirmaba que la dignidad humana es el valor supremo del hombre. Para este filósofo cada ser humano es un fin en sí mismo, y ningún individuo debe ser tratado como un medio.

Todos los seres humanos poseemos la dignidad propia que nos viene dada, que se deriva desde el primer inicio de nuestra vida, y resulta imposible perder esta condición, ya que es independiente del resto de los condicionantes a los que estamos sujetos.

Si esta dignidad humana tan sólo la basáramos en la capacidad de poder orientar la propia vida, y sólo fueran dignos aquellos capacitados de pensar y decidir, pensemos que no solamente el feto no puede dirigir su propia vida, sino tampoco el que duerme, el infante o el que está en coma, por lo que ellos tampoco serían dignos.

Si acabamos con la dignidad de la persona, iniciamos el proceso de destrucción de la especie humana.

domingo, 22 de junio de 2008

Debate con las vacaciones escolares


Sonó el timbre y, como si faltara tiempo, la escuela comenzó a vaciarse de chavales llenos de satisfacción y con caras sonrientes, porque llegado el 19 de junio se dio por finalizado el curso escolar. Lo increíble es que al llegar tan esperado día, a los alumnos les desaparece todo tipo de preocupaciones, olvidando con rapidez el mayor o menor éxito de sus resultados académicos. Lo único que les importa son los casi tres meses que quedan por delante, con sus videojuegos, piscina, playa, deporte, descanso…

Y mientras los chavales se sienten felices, muchos padres empiezan a estrujarse el cerebro –y en muchos casos también el bolsillo- buscando la mejor manera de tener a sus hijos ocupados a lo largo de todo el verano. La sociedad ha cambiado, hoy en día en la mayoría de los hogares trabajan padre y madre, donde no siempre coinciden sus propias vacaciones, y compatibilizarlas con el cuidado de sus hijos no resulta nada fácil. En estas fechas resurge de nuevo el debate, sobre si las vacaciones escolares son demasiado largas, si hay que replantearse el calendario escolar, si deberían volver los exámenes de septiembre, etc. Para todo ello, hay opiniones para todos los gustos.

Si preguntamos a los profesores, dirán que no, que ya está bien. Y además, defenderán su tiempo distinguiéndose de las vacaciones de sus alumnos. La idea de que maestros y profesores tienen tres meses de vacaciones es falsa, porque en julio se disponen para preparar las clases del curso siguiente y deben dedicar un período a su formación continua. Ante esta tesitura se deduce con claridad que el problema no radica en la extensión de las vacaciones del cuerpo docente, sino en la extensión de las vacaciones de los alumnos que es lo que comporta el problema para muchas familias.

Por otra parte, cabe añadir que está demostrado que los alumnos con una parada escolar tan larga se dispersan y acaban olvidando muchos de los conocimientos adquiridos a lo largo del curso anterior. Los trabajos y deberes que suelen recomendarse para la época estival acaban siendo poco afortunados y son insuficientes para resolver dicho problema.

Quizás la solución esté en reorganizar los tiempos de descanso durante el año, al igual que se está haciendo en algunos países europeos. Aunque cabe tener en cuenta que según el estudio “Organización del tiempo escolar”, publicado por la Comisión Europea el año pasado, las escuelas españolas no salen tan mal paradas si se comparan con las vacaciones de otros países de Europa.

De todos modos, hay factores que acaban determinando la sucesión de las vacaciones, como es el caso de la climatología, por ejemplo. Este sería el caso de Alemania, donde empiezan el curso a primeros de agosto y lo terminan a finales de junio.

Hay países donde las vacaciones de otoño e invierno son más largas que en España. En el caso de Francia empezaron el 3 de septiembre y acaban el 4 de julio. Pero por otra parte acostumbran a hacer dos semanas de pausa escolar para el Carnaval de invierno.

Italia, que es un país que tiene una climatología parecida a la de Cataluña, arranca el curso a mitades de septiembre y lo termina a mediados de junio, muy parecido a lo que hacemos aquí. Además no tienen pausas por vacaciones distintas a las de los colegios españoles.

Está claro que las vacaciones son un período nada fácil de manejar, y que debe ser la Administración quien debería ocuparse de buscar la solución más adecuada. Porque no es un problema de la escuela, es un problema social, cuya solución debería pasar por una mayor racionalidad de los horarios laborales para que los adultos puedan atender a sus hijos, y por un mayor gasto social en forma de colonias y actividades extraescolares gratuitas, por ejemplo.

Y mientras tanto, para este verano… ¡a sobrevivir cómo se pueda!


domingo, 8 de junio de 2008

Teresa de Calcuta, mujer grande


A raíz del conocimiento de las cartas escritas por la Madre Teresa de Calcuta, la prensa destacaba hace unos meses que había pasado por difíciles momentos de crisis de fe. Muchos artículos discutieron en su momento que la santa se había planteado asuntos como la existencia del cielo, o otros aspectos que interpretados del modo que se hicieron podrían cuestionar la santidad de esta mujer. Los juicios premeditados, junto a la carencia de objetividad, cuestionaron a una mujer que, diminuta de tamaño, ha pasado a la historia por ser una mujer grande.

Ya se han cumplido los diez años de su muerte, y hace unos días se presentó en la Universidad CEU San Pablo de Madrid el libro “Madre Teresa: Ven, sé mi luz” donde se recogen las cartas que durante más de setenta años la religiosa envió a un reducido número de confidentes. En total se publican cuarenta de estas cartas que reflejan con gran profundidad su vida en Calcuta. El padre Brian Kolodiejchuk, misionero de la caridad, es el artífice del libro, por lo que ha expresado en declaraciones recientes: “Decidimos publicar las cartas porque expresan su inmensa capacidad para afrontar las situaciones más difíciles, su fidelidad, su coraje y su alegría, prueba del grado de santidad que tenía”.

De este modo, después de las noticias publicadas en diversos medios sobre las incertidumbres de la santa, podremos leer exactamente a qué se refería sobre esta “oscuridad” por la que atravesó durante una etapa de su vida. Mientras algunos medios aprovecharon los escritos de Teresa de Calcuta para poner en tela de juicio su santidad, la lectura del libro confirma la heroicidad y ejemplaridad de vida que llevó la Madre Teresa. La lectura de las cartas refleja que, ciertamente, la santa vivió durante largos años una constante “oscuridad”, pero que nada tenía que ver con una falta de credibilidad hacia Dios o la existencia del más allá, sino que era fruto de una sensación de no ser amada, querida y apreciada. A esta sensación ella la denominaba la “dolorosa noche del alma”, que dio comienzo cuando comenzó a trabajar con los pobres y que la acompañó a lo largo de su vida. Sin embargo las cartas reflejan que en ningún momento la santa puso en duda la existencia de su Creador, sino que esta experiencia la condujo a una siempre más profunda unión con Dios. Esta experiencia mística ya la atravesaron con anterioridad otros santos como Juan de la Cruz, Teresa de Ávila, Paúl de la Cruz o Juana de Chantal, entre otros.

La publicación de este libro servirá, de bien seguro, para aclarar las dudas que surgieron en su momento alrededor de esta gran mujer. Además el libro sirve para descubrir, una vez más, que Teresa de Calcuta realmente fue la “madre de los pobres”, y su gran compasión que sentía por aquellos que eran rechazados y despreciados, por los padres abandonados en residencias de ancianos, por los jóvenes solos y desatendidos por sus familias, y de manera especial por los niños no nacidos. Recordemos que, al recibir en 1979 el Premio Nobel de la Paz, la monja albanesa declaró: “Pienso que hoy día el más grande destructor de la paz es el aborto, porque es una guerra directa, una matanza directa, un asesinato directo hecho por la misma madre”.

Una de sus máximas preferidas era “servir a los pobres para servir a la vida”. El libro servirá para desdecir algunas interpretaciones erróneas sobre sus misivas, pero a la vez no deja de ser un buen baldazo de ejemplaridad en medio de la sociedad hedonista en la que nos encontramos. Y aún así, hay quienes tienen la osadía de no querer reconocerlo.

domingo, 25 de mayo de 2008

Un atroz anteproyecto de ley


Durante la pasada campaña electoral de ámbito nacional pudimos oír cómo los políticos prometían reformas en el ámbito educativo. Es bien conocido que la situación por la que atraviesa el sistema educativo español es grave. Los datos, informes y las quejas de las propias familias son una buena prueba de ello. Nos quejamos y pedimos mejoras, y los políticos prometen y sólo prometen. Sin embargo, la educación no es un tema que no importe para aquellos que gobiernan. Tal es la importancia que le dan, que en lugar de buscar nuevas fórmulas para desarrollar una mejora de la calidad educativa, acaba convirtiéndose en la excusa perfecta para convertir la educación en un arma política de interés particular.

Así es lo que ocurre con el Anteproyecto de la Ley de Educación catalana que salió a la luz hace unas pocas semanas. Parecía que íbamos a avanzar, que se intentaría encontrar la calidad y la mejora del sistema, y sin embargo todo lo contrario… aparece un Anteproyecto de ley que no sólo no mejora el sistema educativo, sino que además vulnera -desde el ataque más mordaz- a la libertad de enseñanza a la cual tiene derecho cualquier ciudadano español. Al leer detenidamente los distintos artículos que la componen, aparece una obvia vulneración contra los artículos 10 y 27 de la Constitución, entre otros.

Dicha ley prioriza de forma absoluta la pertenencia a una zona. De esta forma, los padres ya no podrán elegir de forma libre entre los diversos colegios –ya sean públicos o concertados- y se verán obligados a matricular a sus hijos en aquél centro escolar que se les dictamine de forma obligada.

El carácter propio de los centros, y su ideario, queda pisoteado por completo, quebrantando las normas e idearios internacionales en la protección de los derechos humanos. Para el nuevo anteproyecto de ley éstos no tienen ninguna importancia. Del mismo modo no se garantiza la gratuidad para todas las familias, ya que no permite financiar a los centros concertados de forma equitativa con los centros públicos. Incluso, contradictoriamente con la legislación vigente, prohíbe de forma expresa la posibilidad de la educación diferenciada, obligando a la coeducación y privando la libertad de las familias a escoger un tipo de educación u otra para sus hijos.

El artículo 16 de la Constitución española en el que se establece que España es un estado no confesional, pero que ha de tener en cuenta las creencias de la sociedad española, queda vulnerado cuando el anteproyecto afirma que la enseñanza ha de ser obligatoriamente laica. Así se prohíbe a las familias elegir libremente una educación conforme a sus principios y convicciones.

De una manera sibilina, se habla continuamente –y de manera confusa- del “servicio público de educación” al referirse a las escuelas públicas y concertadas. De esta forma se entrevé que el Estado, o la Generalitat, pretenden ser los propietarios de la educación. Con la introducción de esta terminología incluso el artículo 21 del nuevo Estatut de Cataluña queda descalabrado, ya que éste habla de garantizar el derecho a la educación a través de un modelo educativo de interés público. No debemos olvidar que el servicio público que nos puedan ofrecer las autoridades no tiene que coincidir con el interés público que sí quieren los padres, ya que éste está a un mayor nivel de aceptación por toda la ciudadanía que cualquier servicio público. Con esta medida no se garantizará nunca ni la diversidad ni el pluralismo necesarios para escoger el tipo de educación que deseen los padres.

Entre otras medidas, también se impone un “comisario” político en el Consejo Escolar de los centros, que controle y gestione.

El Estado no tiene ningún derecho a pasar por encima de las libertades que tienen los padres, a través del intervencionismo excesivo y la pérdida de la pluralidad. Hitler y Stalin ya lo hicieron en su momento… ¿será necesario repasar un poco de historia y recordar cómo les fueron?

domingo, 18 de mayo de 2008

CABRERA NO AMENZA, PERO CABREA

Lo dice en un periódico nacional, en una entrevista reciente que le han hecho. Mercedes Cabrera, la Ministra de Educación, Política Social y Deporte, ha vuelto a cargar contra aquellos que se oponen contra la asignatura Educación para la Ciudadanía. Ante la pregunta sobre las consecuencias de lo que está pasando en algunas comunidades como Madrid o la Valenciana, en las que se apoya la desobediencia civil a esta asignatura, su respuesta ha sido clara y tajante: “No obtendrán la titulación de la ESO. Pero no es una amenaza, es el cumplimiento de la ley”. Pues ahí se queda eso, porque lo dicta la ley, y a más de uno le habrá hecho sentirse cabreado…

Pues es verdad que la ley debe cumplirse, que para eso está. Pero también cabe afirmar que el Estado tiene sus límites y, cuando los sobrepasa, entra en un terreno muy pantanoso. La incorporación de EpC en el currículo educativo y la intransigencia por parte del gobierno, está consiguiendo dividir a las familias, donde parece que haya ciudadanos de primera y de segunda, individuos liberados y otros adoctrinados. Quizá es el momento de enfatizar que una cosa es la libertad de conciencia, y otra distinta la libertad de las conciencias.

El problema de EpC viene por dos direcciones: por el contenido que se imparte y la ideología de quién lo imparte. De hecho, en muchos colegios han acabado por adaptar la asignatura a su identidad e ideario propio. Los alumnos son muy influenciables, están en un proceso de maduración personal y la actitud del profesor depende mucho de ello. Casi se podría afirmar que no existen asignaturas neutras y, si observamos la programación de algunas áreas como Filosofía, Historia, Ciencias Naturales…, se prestan a darle un enfoque u otro dependiendo de la visión del profesor que las imparta.

¿Cuál es entonces la diferencia que existe respecto a Educación para la Ciudadanía? Que los contenidos vienen muy marcados por un adoctrinamiento que desde el Estado se quiere que se imparta. Ante esta situación, podríamos preguntarnos: ¿por qué el Estado tiene que decidir en base a una ética parcial que ésa, y sólo ésa, es la ética universal? Hemos entrado en una nueva gnosis, en la cual el legislador se vuelve el intérprete autorizado y autoproclamado de la moral y de la educación de las conciencias de los más vulnerables, que son los niños y los jóvenes. La metodología de los “dilemas morales” no es neutra, responde a una idea kantiana de autoconstruirse porque no se cree que se pueda mostrar y transmitir la verdad ni el bien; por lo tanto, hay que llegar a ellas a través del consenso democrático y politizando la educación.

Relativizar la realidad objetiva para absolutizar las opiniones subjetivas no deja de ser un dogmatismo -a priori- de quien impone obligatoriamente las reglas del juego en materia educativa.

Las personas y las familias son previas a las legislaciones y las políticas de turno, por tanto, no se puede ir contra ellas, ni fragmentarlas en sólo “ciudadanos”, pues se parcializan las dimensiones naturales de todo hombre.

Una vez más, EpC vuelve a estar en el candelero. El debate está servido.